El tratamiento del Croup aparece como receta de cocina en el Nelson y el siempre confiable manual Harriet Lane: nebulizar al susodicho chamaco con epinefrina racémica. Hasta ahí todo va bien, una respuesta correcta más para el ENARM y algo que contestarle al residente cuando te está acalambrando con preguntas a las cuatro de la mañana.
La verdadera bronca empieza cuando llegas al internado y te toca hacer guardias en el servicio de urgencias del hospital Pediátrico de Coyoacán (o Tacubaya, Moctezuma, la Villa, etc.) y te das cuenta que entre el amplio surtido de medicinas que aporta la Secretaría de Salud del DF a sus hospitales NO HAY epi racémica, y te toca empezar las discusiones bizantinas.
- ¿Lo nebulizo con epinefrina común y corriente (L-epinefrina)?
- ¿La L-epi le va a ayudar en algo?
- ¿Le pregunto al adscrito para que me de una explciación rebuscada en la que no me diga nada?
- ¿Qué dirá UpToDate? (A la mamá del niño probablemente no le hará gracia que te vayas a la compu o cheques tu cel mientras su escuincle no puede respirar).
Para solucionar todas estas dudas nuestros amigos de The Cochrane Collaboration hicieron un metaanálsis comparando la eficacia de la epinefrina racémica contra la L-epinefrina, y encontraron que los resultados de ambas son similares en la primera media hora, aunque la racémica ofrece resultados de mayor duración. Así que la próxima vez que vean a un niño con tos de perro no desesperen y denle la epi que tienen disponible (y de paso apantallen al adscrito con la información recién salida del horno).
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