julio 18, 2010

El muralismo y la seguridad social

Hace algunos meses le prometí a alguien que iba a investigar del mural que se encuentra en la entrada principal del Centro Médico Nacional Siglo XXI (y lo hice); pero como en los grandes relatos y novelas, jamás se debe de llegar a la idea que se quiere en un principio, en línea recta. Así es que esta va a ser la primera de tres entradas con un tópico común: el movimiento del muralismo en México y su relación con la seguridad social.
En la primera parte vamos a visitar el Hospital de Oncología del CMN S. XXI y el trabajo de David Alfaro Siqueiros.
En la segunda entrada nos vamos a las oficinas de la Secretaría de Salud, Centro Médico la Raza y el Instituto Nacional de Cardiología para conocer un poco de la obra de Diego Rivera.
En la emocionante conclusión de la serie vamos a descubrir a José Chávez Morado y sus murales en Centro Médico Nacional S. XXI (para cumplir mi promesa con un colaborador de este blog).
Si la oportunidad se presentara, la serie podría ampliarse al trabajo de Juan O´Gorman y Jorge González Camarena.
Espero que disfruten leyendo esto tanto como yo disfruté investigando (aha choro!)

Sin más comenzamos

“No queremos encerrar nuestras obras en museos
donde sólo pueden ser vistas por quienes disponen de tiempo,
pero nunca por la gente que trabaja...”
David Alfaro Siqueiros

La primera mitad del siglo XX vio nacer el movimiento muralista mexicano que se enfocó (siendo el periodo post-revolucionario) en la exaltación de los avances sociales, técnicos y científicos que se gestaban en México y cualquier otro lugar de América. Estos intereses son un reflejo de la profunda fraternización que los principales expositores del movimiento (Sindicato de Pintores, Escultores y Obreros Intelectuales) tuvieron con la ideología marxista, comunista y precolombinista a través de sus vivencias personales.
Como ya se dijo este capítulo se centra en la figura de David Alfaro Siqueiros, así es que vamos a recordar brevemente quién fue y por que estuvo comisionado para realizar la fachada del Hospital de Oncología en Centro Médico Nacional S. XXI

David Alfaro Siqueiros (1896 – 1974) Nacido en el D.F e hijo de abogado, tuvo una educación básica marista; en 1911 ingresa en la prestigiada Escuela Nacional Preparatoria (en el turno matutino) y en la Academia de San Carlos. En esa etapa de su vida empieza a desarrollar la profunda conciencia social y espíritu de lucha que siempre lo caracterizó, ya que a sus 15 años (1911) participa en la huelga estudiantil de la Academia de San Carlos (Bellas Artes). A los 18 él y varios de sus compañeros del Colegio de Bellas Artes se unen al “Ejército Constitucional de Carranza” ó “Ejercito Constitucionalista de la Revolución Mexicana” en lucha contra el gobierno de Huerta; durante las campañas se da cuenta de la situación que se vivía en el campo mexicano. Cuando en 1919 Carranza llega al poder Siqueiros decide seguir con su educación artística y un año después parte a Francia. En París conoce a Diego Rivera y compartiendo posición ideológica deciden fundar en México el “Sindicato de Pintores…” Citado anteriormente

Mientras el movimiento se desarrolla Siqueiros nunca pierde entusiasmo por sus ideales, esto lo demuestra al criticar al gobierno revolucionario por el que luchó a través del diario “El Machete” por no instituir las reformas prometidas. Finalmente es encarcelado en Lecumberri en 1930 y después exiliado, pasando por Estados Unidos Argentina y España. En su camino por cada país lo único que logra es acrecentar su prestigio y hambre de igualdad (participa como voluntario en la Guerra Civil Española 1936). En 1939 regresa a México pero como se le achaca participación en el asesinato de León Trotsky tiene que autoexiliarse (nuevamente), en esta ocasión viaja a Chile y Cuba. Varios años después (1946) regresa a México y empieza un trabajo prolífico en toda la república, deja un legado de varias decenas de pinturas y esculturas; que bien cada una puede ser tópico de entrada para un apasionado, pero por el momento sólo se pueden mencionar algunas que por su contenido tienen particular interés para nosotros cómo:
  • “El futuro Triunfo de la Ciencia Médica Sobre el Cáncer” (1958) en la fachada del Hospital de Oncología de Centro Médico Nacional Siglo XXI
  • “Por una seguridad social integral al servicio del pueblo” En el auditorio de Centro Médico La Raza.
  • Los murales de rectoría en la UNAM: “El pueblo a la Universidad. La Universidad al pueblo” (recuerden el tan romántico discurso del Dr. Fdez Del Castillo: “Unum versus alia”). “Las fechas de la historia de México” y “Nuevo Emblema Univesitario”. Sólo dejó completo el primero.
  • Su famoso mural de sátira porfirista en el Castillo de Chapultepec: “Del Porfirismo a la Revolución”

Regresando a la pequeña crónica, en 1960 es encarcelado (nuevamente) por ser el presidente del “Comité de Presos Políticos y la Defensa de Libertades Democráticas”. Bajo órdenes del Lic. Adolfo López Mateos es liberado en 1964 (tenemos que recordar que bajo su mandato en 1959 se crea el ISSTE y bajo el mandato del general Ávila Camacho se crea el IMSS en 1943).
En 1966 empieza el proyecto que se transforma en el “Polyforum Cultural”, en ese mismo año gana el premio Nacional de Ciencias y Artes, en la rama de Bellas Artes (el año pasado lo ganó Helen Escobedo, vale mucho la pena conocer su trabajo) y por último en 1971 devela su mural “La marcha de la Humanidad”.

Bueno conociendo al personaje y un poco su plano de fondo podemos entender porque una de las áreas de principal interés para el movimiento era la medicina y el cuidado de la salud. Esta representa un derecho innato y por tanto todo el pueblo debía tener un boleto a ella al igual que al arte y cultura (bajos esos ideales nace precisamente el IMSS). La seguridad social representaba un paso hacía el acceso universal a la salud, por tanto los muralistas tenían que celebrar este hecho convirtiendo los nuevos centros de salud en “lienzos” gigantes”.


“El futuro triunfo de la Ciencia Médica sobre el Cáncer” o “Apología sobre la Victoria Futura de la Ciencia Médica sobre el Cáncer”. Mural de 26 metros, piroxilina sobre acrílico que recubre tres de las cuatro paredes de la fachada del Hospital de Oncología de CMN S. XXI. El muralista presenta el aspecto indisoluble que tienen la medicina y la sociedad, observamos a una columna de personas que representa al pueblo y a otra que representa a todo el personal de salud. El pacto de cuidado y responsabilidad que tienen los médicos hacia el pueblo se encuentra simbolizado en el “apretón”. En un detalle que no se alcanza a apreciar, la gente se encuentra alentando al aparato de radioterapia, el cual expulsa al cáncer representado como mounstros del cuerpo de la mujer “sin rostro”.
Así es que los que vayan a llevar clases de pediatría el siguiente semestre o los que utilicen la línea verde del metro para ir al Hospital General (o quien sea) pueden detenerse un momento a ver este mural y el que va a concluir esta mini-serie de entradas.

“Lo nacional, lo popular y lo revolucionario”.

julio 16, 2010

El fino arte de panzear


¡Ah, el fino arte de panzear! Nadie sabe a ciencia cierta cuándo surgió. Ya lo practicaba Semmelweis cuando mataba mujeres de fiebre puerperal por no lavarse las manos entre parto y parto; Avicena probablemente lo aplicó alguna vez mientras escribía su canon, y es casi seguro que ya era practicado por las 'parteras' mucho antes de que a alguien se le ocurriera llamarse medico.

Tal vez nunca sepamos el origen del panzeo. Lo que sí sabemos es que panzear parturientas es la tarea número uno de cualquier interno que pasa por su rotación de ginecología. Son horas y horas de estar tocando abdómenes, revisando la intensidad y frecuencia de las contracciones de tu parturienta mientras ella grita, sufre y se retuerce sobre la cama. Escuchar focos fetales con un conode aluminio que recuerda a una copa coctelera, hacer tactos y anotar todo religiosamente en unas hojas llenas de jeroglíficos.

Sin duda es una tarea tediosa y repetitiva que cualquier chimpancé amaestrado podría realizar. Pero lo verdaderamente relevante del panzeo no está en hacerlo, éste es sólo el medio para llegar al premio que hay al final del camino (en este caso el trabajo de parto). Después de muchas horas (sobre todo en primigestas) de haberle sobado la panza a la señora llegará el momento de gritar '¡¡¡paciente a expulsión!!!', que es cuando uno tiene que correr a lavarse las manos y llegar a la velocidad del rayo a la sala de expulsión y para tener el privilegio de traer una vida nueva al mundo.

julio 12, 2010

Once we have recognized that disease is naught else than the process of life under altered conditions, the concept of healing expands to imply the maintenance or re establisment of the normal conditions of existence.

- Rudolf Virchow