Hace un año la Secretaría de Salud y la UNAM celebraron por todo lo alto el 75 aniversario del Servicio Social en medicina. Después de organizar un magno evento en el que diversas personalidades de la vida nacional dieron sus puntos de vista sobre lo que significa el servicio y se presentaron algunos números se dio a entender que el servicio social es una basura.
Este monstruo deriva de una tarde en la cual a Gustavo Baz le llegó el aire de la Rosa de Guadalupe y decidió mandar a estudiantes del último año de la Universidad Nacional a trabajarle al gobierno de a gratis por seis meses, todo con el clásico discurso de 'hacerle un bien a la nación', 'cumplir su deber como mexicanos' y 'aprender haciendo'. Don Lázaro Cárdenas y su entonces secretario de salubridad vieron que el negocio era tan bueno que decidieron elevar el servicio a un mandato constitucional, extenderlo seis meses más y llevarse entre las patas a todos los que estudiaran las ciencias de la salud; ah y para ponerle la cereza al pastel decidieron que quien no cumpliera con el servicio no tendría derecho a titularse (o coopelas o cuello hijodetuchi!).
La famosa placa de los pasantes |
Desde hace años los pasantes son el gran negocio de la SSA, una fuerza laboral inmensa que trabaja todos los días, cobra poco y no tiene derecho a quejarse porque básicamente los tienen agarrados de los huevos del título profesional. Sin embargo en fechas relativamente recientes cada vez nos encontramos con más frecuencia con noticias como la de la pasante atacada en Nayarit, noticias que nos llenan de rabia y frustración, y que para las instituciones sólo ameritan una plaquita en el auditorio Gustavo Baz.
¿Qué podemos hacer? ¿Dejar que las cosas sigan como están porque ya terminamos el servicio, no preocuparnos porque no estudiamos medicina, dejar el problema para mañana porque apenas somos estudiantes? Lo primero que necesitamos es la unidad del gremio y el apoyo de los profesionales de otras ramas de las ciencias de la salud. No es posible quedarse callados e indiferentes ante hechos violentos como estos, hoy le tocó a alguien que no conocemos, pero en un futuro podría tratarse de un amigo, primo y en un futuro incluso de tu hijo.
Esta noche podemos empezar a llamar la atención con el hashtag #NiUnPasanteMasHerido, a partir de mañana nos toca empezar a presionar y buscar un cambio en la máquina burocrática de la SSA.
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