junio 07, 2011

Jugando al doctor...

En palabras de @dr_miris:
"Si juegas al médico hazlo sin pacientes reales"

Si hay algo que me han enseñado y repetido hasta el cansancio en mis 5 años en la escuela de medicina es que siempre tenemos que ver por el bien del paciente. El primum non nocere no solamente implica no arriesgar la vida y estado de salud de los pacientes, si no hacer todo lo que esté en nuestras manos para su mejoría y pronta recuperación. Justamente este punto es con el que choqué esta mañana en el hospital.

Antes de empezar con toda la historia les voy a dar un background: Estoy rotando en el hospital central de la Cruz Roja Mexicana, en el corazón de Polanco, una institución que se toma muy en serio eso de dedicarse a la traumatología ya que solamente cuenta con cirujanos generales, ortopedistas, algún neurocirujano, un cirujano plástico y un par de intensivistas, Dios te guarde si te internan y llegas a necesitar un internista o a alguien de otra especialidad porque simplemente se les olvidó meterlos a la nómina y no hay uno sólo en todo el hospital.

Por la mañana de hoy recibimos a un paciente que llegó a la sala de urgencias presentando una linfadenopatía (oséase con ganglios inflamados) en cuello, axila, ingle y pecho, de las cuales una estaba infectada y supurando. Un típico caso en el que vomitas los diferenciales: linfoma, tuberculosis, VIH. Hasta ahí todo iba bien, tuvimos nuestra sospecha diagnóstica pero sabíamos que para diagnositicar al paciente en forma certera y poderle dar un tratamiento adecuado se iban a necesitar estudios de imagen, pruebas de laboratorio e incluso biopsias, algunas de las cuales no se podían hacer en el hospital, por lo que llegamos a la conclusión de que el paciente debía ser referido. Hasta ahí todos contentos.

El problema vino cuando decidimos darle al paciente su receta por antibióticos para controlar la infección y decirle cómo llegar al hospital al que lo referimos, pues algún residente decidió que antes de darlo de alta teníamos que sacarle una TAC, radiografía y laboratorios al señor. Por más que tratamos de explicarle que aunque los pacientes llegaran al otro hospital con estudios hechos, los médicos de allá lo repetían todo y lo único que se iba a lograr era que el paciente gastara el doctor decidió regañarnos (algo que casi nunca pasa en la Cruz Roja).

Más o menos el reclamo era que teníamos a un paciente complicado bueno para la enseñanza, y que lo único que estábamos haciendo era lavarnos las manos y mandarle el problema a alguien más al estilo de los médicos del Dr. Simi. Al final se dió la vuelta y nos dijo que hiciéramos lo que quisiéramos.

Después de un breve periodo de cabreamiento me puse a pensar: "realmente apliqué la de los simidoctores??", y me parece que no.  Haber "estudiado" al paciente en forma incompleta y sin poder llegar a otra conclusión mas allá de "tiene bolitas en la TAC" no es más que tomar a los pacientes como conejillos de indias. Debemos recordar que en la silla frente a nosotros hay una persona que confía en nuestro buen juicio e intenciones, y es nuestra obligación tratarlos con toda la honestidad del mundo, incluso si esto significa reconocer que no tienes el material para tratarlos, o simplemente no sabes lo que tienen. Siempre será más válida una referencia a tiempo que estar jugando al doctor con "buenos casos de enseñanza".

1 comentario:

  1. TOTALMENTE DE ACUERDO
    y no sabes cómo comparto tu frustración, tu enojo y todo lo demás que no dijiste pero que se entendió.
    Están tremendos, NO SABEN DECIR NO SE y creen que saben de todas las especialidades. Además de eso, no se dignan a ver un solo paciente después del R1, como si lo supieran todo...
    en fin. No olvidemos esto para que nosotros no seamos así y hay que tener juicio clínico.
    En fin... de nada sirve hacer corajes, namás se te va a subir la bilis o te va a dar diabetis y si estás ahí adentro cuando eso pase...

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