abril 10, 2011

Lost in translation


Un mexicano, un iraqui y una espanola estan en un consultorio en EEUU. Parece el principio del tipico chiste que te satura el email, pero asi estuvo la consulta que me movio el tapete hace como una semana. Llevo mes y medio en Northwestern, y un par de semanas en la clinica de endocrinologia, donde despues de algunos dias ya me dejan ver pacientes por mi cuenta y todo ha avanzado sin problemas.


Yo pense que ya me las sabia todas, dar la consulta en ingles no era problema y todos los pacientes hispanoparlantes (la mayoria mexicanos) por default eran mios, gente muy agradecida por tener a alguien que pudiera entender sus problemas sin perder información por no saberse expresar en ingles o que no entendieran su español.


El jueves fue un dia distinto. Me mandaron a ver a la primera paciente de la manana, una consulta de primera vez ya diagnosticada y controlada por hipertiroidismo, parecia algo sencillo y me dirigí al consultorio con la bata corta y el estetoscopio al cuello.


Sorpresa que me llevo cuando encuentro en el consultorio a una mujer con la cabeza completamente cubierta con una mascada de seda sentada junto a un hombre de 1.90 m con una barba cerrada completamente negra y una senorita que se presento como la traductora del hospital. Salude sin saber muy bien si voltear a ver a la paciente o la traductora, la cual por cierto de medicina sabia lo que yo de astrofisica.


Despues de interrogar un poco y no avanzar mucho en la historia clinica se aparecio el attending en la sala y con la misma cara de sorpresa que yo intento sacar la historia. Después tocaba la exploracion de cuello, el cual estaba cubierto por la mascada y yo no supe como pedirle a la paciente que se descubriera, porque lo unico que sabia de las musulmanas era que no podian ensenar el cabello y crei que pedirle aquello seria una groseria. El attending fue quien lo pidio y resulto que ella llevaba un gorrito bajo la mascada (las mujeres van preparadas para todo).


Finalmente despues de mucho batallar con la traducción y obtener poca información el doctor decidió pedir toda una batería de laboratorios y armar su impresión clínica con la información disponible hasta el momento.

Definitivamente la globalización nos jugo una mala pasada, pero algo habremos aprendido de esto. Lo primero es ser conciso cuando dependes de un traductor, lo segundo es tratar a todos los pacientes de la misma forma y sin prejuicio alguno, y la ultima seria tratar de entender un poco mas sobre la cultura de los pacientes que la globalización pone en tu puerta.

Fue mi aventura de la semana, espero que estas rotaciones fuera me dejen muchas mas.


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